Habéis ganado un combate de equipo y acabado con las torretas de la base enemiga, pero algunos de los rivales están a punto de reaparecer y vuestro equipo ha recibido una buena dosis de daño en la refriega. Os van a convertir en snacks para poros si no conseguís ganar en los próximos cinco segundos.
"A por el nexo, a por el nexo", grita cada parte de vuestro cuerpo, los dedos acelerados, imparables, ni un solo pestañeo, veis la barra de vida del nexo desaparecer poco a poco... pero no es suficiente. El enemigo vuelve a una velocidad abrumadora y aplasta a todo vuestro equipo en cuestión de segundos. La frase "Ha muerto un aliado" suena tantas veces que parece que la comentarista se está burlando de vosotros.
¿Fueron esos 40 minutos una pérdida de tiempo? Todos sabemos lo que se siente al hacer clic en la pantalla de Derrota lo antes posible, la rabia inundándoos en la votación de honor (¿Dar honor? Ni pensarlo) y el enfado al comparar los A/M/A en la sala de final de partida. Da la sensación de que os habéis esforzado muchísimo y no habéis recibido nada a cambio, pues todas las estrategias meditadas y los clics a cascoporro no han servido para nada.
Mantener una actitud positiva puede ser casi imposible cuando sentimos que nuestro equipo nos ha decepcionado o que podríamos haberlo hecho mejor, pero si aprendemos a ver las partidas más allá de la dicotomía de victorias y derrotas, podemos mejorar y asegurarnos de que tenemos las máximas posibilidades de ganar en la siguiente partida, en la que buscaremos redimir los errores de la anterior. Hoy hablamos con dos jugadoras, una que acaba de empezar y otra que lleva en la Grieta mucho tiempo, para saber qué sienten al perder y al ganar y en qué piensan después de la partida.

AIÚRAME
Un modo en el que podemos asegurar la victoria es guiando a otros jugadores, aunque a veces pueda ser frustrante verlos hacer cosas que, para nosotros, son errores. La invocadora HeiRaven nos cuenta que aún está aprendiendo lo básico y que aprecia que otros jugadores la hayan ayudado en su aprendizaje. "Todas las partidas que juego con alguien son especiales", asegura. "Suelo meter mucho la pata, porque soy nueva, pero los otros jugadores intentan ayudarme a entender dónde lo he hecho mal y eso me permite mejorar". Por su parte, cthullucori, que tiene más experiencia, aprovechó sus conocimientos en League of Legends para ayudar a una amiga que nunca había jugado: "Hice que una de mis amigas de toda la vida jugase a League of Legends... su cara era un poema cuando le enseñé todos los campeones y cómo jugar".
Esas ganas de enseñar y ser mentores de los nuevos jugadores nos permiten traspasar nuestros conocimientos a los que más lo necesitan, y es una actitud que os aportará mejores recompensas que decir cosas desagradables en el chat. Y, por cierto, nunca es mala idea repasar los conceptos básicos del juego de vez en cuando, aunque tengáis claro que domináis a Teemo tan bien que podéis haceros un pentakill con un solo dardo. Si dais buenos consejos, ¡no os olvidéis de añadir a esos jugadores como amigos, para que no se conviertan en peligrosos rivales gracias a vuestros grandes secretos sobre cómo jugar en la jungla!
UN VOTO DE CONFIANZA
Apreciar el buen trabajo de nuestros compañeros de equipo suele ser lo último que se nos pasa por la cabeza cuando nos topamos con la derrota, pero reflexionar tras la partida debería ser algo más que pensar en cómo lo hemos hecho. Darle honor a los jugadores que lo han hecho bien, ya sea por su actitud o su estilo de juego, es uno de los modos más sencillos de reflexionar sobre las partidas y sobre nuestros compañeros, asegura la invocadora cthullucori. "Yo inicio sesión para jugar y divertirme. Intento darle honor a cualquiera que haya hecho algo en la partida para merecérselo. La verdad es que me gustaría que hubiera más gente que use el sistema".
Existen muchos motivos para dar honor. Ya sea porque son jugadores que han dado consejos estratégicos, que han mantenido la calma y los nervios de acero cuando otros jugadores les han insultado de forma agresiva, o que, muy acertadamente, han apaciguado a los demás en el chat. Para eso, existen tres categorías diferentes de honor que nos pueden ayudar a decidir quién y qué ha hecho que la experiencia sea agradable a pesar de haber perdido. ¿Sona que os ha curado justo a tiempo al quedaros más tiempo de la cuenta en combate? ¿Habéis jugado con un Garen cuya Justicia demaciana ha sembrado el miedo en los corazones de los enemigos? El sistema de honor os permite recompensar a vuestros compañeros aunque hayáis perdido para que sepan que os ha gustado jugar con ellos.
MEMORIA DE ELEFANTE
Reflexionar sobre la partida es igual de importante cuando ganáis. No hay victoria que no se logre gracias al esfuerzo, así que es bueno pensar en todo lo positivo, sea cual sea el resultado. Todo jugador cumple un rol importante para la victoria del equipo, por lo que podéis reflexionar sobre las cosas positivas que han hecho que el equipo haya ganado. Las partidas son aquello que saquéis de ellas. No existen dos impresiones iguales sobre cómo han jugado los demás, pero está claro que los A/M/A y los índices de victorias no son lo único que deberíamos valorar o celebrar. Todo invocador anhela la victoria, pero las derrotas no son siempre baches en el camino ni las victorias inmaculadas cruzadas de gloria: el modo en el que hayáis jugado y lo que hayáis sacado de la partida tendrá repercusión en la próxima, aunque las puntuaciones se hayan reiniciado y empecéis de nuevo desde el nivel uno.
Aunque nadie quiere que el rojo inunde su pantalla al final de la partida, toda derrota tiene algo positivo con lo que deberíais quedaros. Aun así, si todo ha ido tan mal que no sois capaces de pensar en nada que hayáis disfrutado o hayáis hecho bien, seguís estando listos para la siguiente partida, y reflexionar os puede ayudar a entender qué ha ido mal. Eso es algo que HeiRaven está aprendiendo a medida que gana experiencia en el juego. "A veces, sé dónde he metido la pata", admite. "Otras veces, alguno de mis amigos me dice dónde lo he hecho y con qué tengo que tener cuidado para la próxima. Así que, cuando empiezo la siguiente partida, siento que soy más consciente de qué tengo que mejorar y qué debo hacer luego. No hay mejor modo de aprender que cometer errores".
Cuando hayáis respirado hondo un par de veces (o diez), el siguiente paso es sencillo:
Escoged a vuestro campeón favorito... ¡y a por ellos!
